Beber café de la chistera.

   Hacía tiempo que no se sentía así. Solía mirar el mundo desde su ventana, observando desde lejos, creyendo que allí estaba bien. No comentaba lo que allá fuera ocurría, no participaba, simplemente miraba.

     Pero aquella chica decidió saltar y volar, ser la protagonista de SU vida.
    Recibió por primera vez un 'te quiero' de verdad, después de tantas mentiras y tantos autoengaños. Por primera vez en su vida se sentía única, especial. Sabía que había encontrado algo importante, le había encontrado a él y a su pequeña caja de locuras. Sabía que ya no volvería a tomar café de su chistera sola, sino que siempre estaría acompañada.

    El sabor amargo de su boca se volvió dulce.

    Por las noches siempre estaba abrazada, se sentía segura con el aliento de él en su cuello, recordándola que era suyo. Ahora ella seguía mirando por la ventana, pero nunca estaba sola.