Monstruos del armario.




      De pequeños siempre nos han dado miedo esos monstruos absurdos que, en el armario, nos observaban mientras dormíamos. Monstruos de todos los colores: negros, grises, verdes, violetas, azules... Esos monstruos que sonríen mientras tú estás aterrado e indefenso. Sin saber qué hacer.

      Hace unos días recordé como era ese monstruo que no me dejaba dormir cuando era más pequeña. Tras varias noches intentándolo, lo encontré. No daba asco, no daba miedo, es más, era muy buena persona (o monstruo), pero estaba escondido, asustado.
      Se escondía de nosotros, de las personas. 


      Los malos somos nosotros. Nosotros jugamos con los sentimientos de los demás. Nosotros ignoramos las cosas importantes. Nosotros olvidamos a las demás personas. ¿y luego qué hacemos?, escondernos, como unos cobardes. Nosotros somos los verdaderos monstruos.