No quedó nada.


      Miró por detrás del cristal empapado por la lluvia. Pudo verla a ella, su sonrisa. Bebía café de su chistera, era feliz. 


      Él tenía ganas de tocarla, de ver de cerca su sonrisa risueña, pero sabía que con la lluvia desaparecería. Que ya para ella solo era un recuerdo pasado. Solo era agua cayendo por ese cristal que dejaba ver la sonrisa de aquella chica.




No hay comentarios:

Publicar un comentario